lunes, 8 de junio de 2009

Queda corta inversión en infraestructura

El cabildeo ante el Congreso de la Unión que durante meses llevaron a cabo organismos empresariales de la construcción para destrabar las ataduras a la inversión del Programa Nacional de Infraestructura vía la aprobación de una Nueva Ley de Obra Pública rendirá frutos, aunque eso sí, pequeños.

 "Las reformas aceitarán el ejercicio público presupuestal y el pronóstico negativo de 4.9% en el PIB de la construcción serán revisados porque se hicieron sin tomarlas en cuenta. Pero no está claro todavía como incidirá", asegura Humberto Armenta González, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).

Lo que por ahora queda claro, señala el líder de los constructores, es que "obras emblemáticas del Programa de Infraestructura favorecidas con estos cambios, no habrá. Es sólo la suma de todas las obras públicas presupuestadas las que podrán ejercerse con más celeridad", observa.

Las promesas

Al inicio de 2009, el gobierno federal apostaba por la inversión en infraestructura como factor contracíclico. En enero se presumían inversiones por 87,778 millones de pesos (mdp), de los que 58,419 mdp vendrían por parte del gobierno y 29,358 millones los aportaría la iniciativa privada.

Pero los escándalos políticos del ex titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) no permitieron -como se prometió- que se licitara 80% del presupuesto antes del primer trimestre.

Hasta la segunda semana de mayo, la SCT ejerció 11,505 mdp (23% del presupuesto) del Programa Carretero 2009 que contempla 2,192 contratos de obra pública. El ejercicio, señala la SCT, generó 118,100 empleos directos y 79,635 temporales.

La mayor parte del gasto público se pulverizó en obras de bajo impacto "que generan inyección de recursos, pero son infraestructuras pequeñas, como carreteras de ocho kilómetros, mantenimientos y rehabilitaciones", afirma Armenta.

Las obras con inversión privada son las que han sido pospuestas, redimensionadas o canceladas. "El dinero privado es el verdaderamente ausente", observa Armenta.

Al respecto, Alonso García Tamés, director general de Banobras, señala que ese banco de desarrollo apoyará la construcción de infraestructura otorgando deuda subordinada para que los proyectos puedan calificar para créditos comerciales.

Antes de la debacle financiera, el capital que Banobras aportaba como garantías era de 25%, en la actualidad, los proyectos piden más de 50%. Un ejemplo, será el aeropuerto de la Riviera Maya -a licitarse este mes, según Tamés- cuya inversión total esta prevista en 342 millones de dólares y que tendrá una deuda subordinada de 25 mdd. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario